lunes

25.01.2011


Ayer empecé mis clases de italiano en West Bridgford. Aquí le llaman turno de noche. Sí, ir a clase de 6.30 a 8.30 de la tarde, aquí, es horario nocturno. Sería por eso que mis compañeros de clase debieron de llegar recién cenados, que más que una clase parecía la hora del café. Todo empezó cuando me aventuré a coger el autobús número 10, siguiendo las indicaciones de Alessandra, mi profesora itlaliana, sin saber muy bien dónde tenía que bajar. El primer autobusero informó a ru relevo para que me avisara cuando llegáramos al South Nottingham College, pero se le fue el santo al cielo y cuando me quise dar cuenta habíamos dejado atrás en el camino un edificio enorme con el símbolo de la escuela. Pero no importa, iba suficientemente bien de tiempo como para bajar en la siguiente parada y retroceder andando. En este trayecto de vuelta hacia atrás sólo pude fumarme un cigarro y cerciorarme una vez más de lo pequeñas y, por qué no decirlo, cutres, que son las casas inglesas. Son frías, caóticas, nada acogedoras, parecen casas de paso, de alquiler, pero no casas casas. Hogares.

Llegué al edificio más perdida que Perri, a decir verdad, así que me aventuré a seguir a una china (otra cosa no, pero chinos....) que se escabullía por unas escaleras un tanto escondidas. El primer piso me situó enfrente del aula 167, pero algo me decía que estaba en la clase equivocada. Efectivamente. Me tocó recurrir a la recepcionista para que me lo confirmara, así que cambié mi destino a la clase 165. La mujercita que en un principio me había parecido que no estaba sino haciendo manualidades, iba a resultar ser mi futura profesora de italiano, Alessandra. Un encanto de mujer. Otra presa que vino en el año 79 para 6 meses... y todavía sigue aquí. Nada más cruzar la puerta, me ofreció té o café. Yo respondí con un I'm fine, thank you, porque no me esperaba lo del servicio de cafetería. Poco después fue llegando la gente, y las cosas siguieron un orden. Primero, se presentaban, me presentaba. Después, dejaban sus abrigos, poco antes de sacar las tazas de desayuno de sus respectivos bolsos, donde también habían metido un pequeño tarrito con café molido, cada uno el suyo. Dicen que lo hacen porque les sabe mal coger siempre el café de la profesora, que ya se encarga de traer la leche del supermercado. Y, ¿cómo iban a tomar café sin galletas? Pues sí, también había cookies. En fin, un espectáculo. Por un instante me planteé si realmente estaba en la clase que debía estar, pero todo apuntaba a que sí. Recordemos que es horario nocturno, que vienen ya todos cenaditos, así que suprimirán la hora de las noticias en el sofá por su clase de italiano, pero nada de renunciar a una buena taza de café. Así que aparqué el test de conocimientos para el final de la clase, no sin que antes me aconsejaran mis nuevos compañeros que debo fallar gran parte del test, ya que es la condición necesaria para que las clases de los lunes, señores, me salgan gratis.

Tendré que ir eligiendo taza para la semana que viene... Piacere

clases de italiano

18.01.2011


Me hace feliz saber que el próximo lunes retomaré mis clases de italiano..... después de..... ¿5 años? :)

Me emociona pensar que puede que vuelva a recorrer las calles empedradas de Gante dentro de poco.

Me replanteo retomar Twitter, al que tengo abandonado con un "superviviente" como nick desde el mes de mayo.

Me inquieta saber que hay sorpresas a la vista, aunque vaya a ser yo la artífice de este encuentro inesperado. Me encanta dar sorpresas.

Me apetecen muchos planes, y no pienso renunciar a ellos.


¡Feliz martes!












Five minutes with Seal

14.01.2011



"It's not what it's gonna be,


it's what it's now"



Seal

(Five minutes with Seal. BBC)

post-vacaciones

11.01.2011


Ayer terminaron las vacaciones de Navidad en Nottingham. Al menos para mí, que hasta entonces había estado en un tiempo libre permanente esperando el comienzo de las clases again. Lynda preguntó qué propósitos teníamos para este año, y la verdad, ni siquiera había pensado en ello. Hace muchas nocheviejas que no me lo planteo, realmente no veo motivos suficientes para hacerlo si cualquier día del año es bueno para proponerse nuevas metas. Aun así, he empezado el año (ya lo terminé así, pero jamás crucé la puerta de entrada) yendo al gimnasio. Que sí, que sí, que la cosa va en serio, que incluso el sábado, en la excursión a las sales del Outlet de Mansfield, me compré unas zapatillas nuevas just for the gym. El gimnasio, por cierto, es una auténtica pasada. Recién inaugurado (no sólo conmigo misma, sino para el resto de la civilización), con tropecientasmilmáquinas por everywhere, pantallas con videoclips de música... y, para qué negarlo, chicos guapos que le alegran a una las mañanas, sí.

Creo que nunca había mencionado a Lynda por aquí, la profesora de los lunes. Tendrá... pocos años más que yo, confesó que no le gusta su nombre, que es de viejas, y a menudo se refiere a su padre y, por lo que cuenta, debe de ser inglés de pura cepa. Sí, sí, tan cutre como para regalarle a su hijita por Navidad una caja con clavos de todos los tamaños. Sí. ¡Clavos! Ella lo llama ser práctico, aunque se pone hasta nerviosa al contarlo porque, para qué negarlo, es vergonzoso. Últimamente será que ha ido cogiendo confianza con nosotros o (cosa que me congratularía) que voy pillando el humor británico, pero está que se sale con sus comentarios irónicos en clase. Ironía de la buena (y no es irónico). A veces, me parto. Encima, la pobre siempre hace lo posible por ayudarme con mis líos burocráticos, que no son pocos, porque a pesar de que haya gente como Lynda en este país, los extranjeros siempre seremos eso, extranjeros. Y si no, pásese usted por el City Council. Si lo hace, sólo me queda desearle suerte. Si es español, dudo que la tenga.

planeando

08.01.2011


Planes


Planes



Planes





Planes










Planes



"Desabrocha el mundo que lo vamos a volcarrrrrrrrrrrrrr..."

año nuevo

01.01.2011






¡¡Feliz Año Nuevo!!