at night

30.05.2010

Anoche algunas no podíamos dormir, a pesar del cansancio, debido a los gemidos de la vecina, también camarera en el George, y los constantes golpes del cabecero de su cama contra nuestra pared. Así que hoy en esta casa todo el mundo está cansado, cada cual por las consecuencias que conlleva su trabajo. Aunque hubo quien lo pasó mejor que otros.

bad day

29.05.2010

Podría decirse que desde que llegué a este pueblo ansiaba tener una tarde de no tener nada que hacer. Como hoy. Briefing del Master entregado, termino de trabajar a las 3... y aburrida como una ostra me hallo, como una ostra de ésas viscosas que sirven en el hotel. Bueno, digo viscosas porque todas las ostras lo son, aunque a ello hay que sumarle la viscosidad propia con que se sirve todo en el George. No sé aquí, pero en España se llama... roña! A todo se acostumbra el cuerpo humano. Con ello me refiero a que me acostumbro a verlo todo sucio, no a tolerar que deba estarlo. Ayer cayó sobre mí un año más, y hoy sólo han caído malas maneras y gente estúpida donde la haya. No ha sido buena idea lo de darme una tarjeta para que apunte en un ordenador lo que a los clientes les viene en gana pedir mientras me faltan manos para llegar cargada a la cocina. Sí, aquí le llaman kitchen a ese habitáculo donde, menos cocinar, se hace de todo. Y se creen glamourosos... por llevar corbata de día y lucir tatuajes de noche, mientras se consumen bebiendo alcohol a mares. Sí, al día siguiente son ellos, los borrachuzos de la noche anterior, los que mandan sobre mí... sobre todos. Jamás pensé que la pregunta are you all right? podría llegar a saturar tantísimo a alguien. Pero sí. Satura. Harta. Cansa. Desespera. No, hoy no estoy all right. And you?

Happy Birthday in Stamford

28.05.2010






Breakfast

23.05.2010

Sarah: Matrix (sí, es la forma inglesa de decir Beatriz, o en su defecto, Madrid), do you want some breakfast for lunch?

Matrix: No, thank you.

TODOS: No???

Matrix: ehm... no, es que hoy me he dejado los Almax en casa, thank you.

Hoy a partir de las 3 me ha vuelto a tocar encargarme del trolley de los pasteles del afternoon tea. Esta vez me ayudaba Temea, ayer lo hizo Daniella. Bueno, más bien les ayudaba yo a ellas... o eso intentaba. Porque como diría la canción una vez más... "no hay maneeeraaaaa...!!". Ayer y hoy el rumayei ha estado de muy buen humor conmigo y hoy es la última noche de Francesco en el George. Me ha propuesto ir a tomar una cerveza cuando él salga de trabajar. La verdad es que me da una pereza enorme, pero me he visto obligada a aceptar. Un día hablaré de él aquí en el blog, porque un párrafo sería demasiado poco para describir a tal personajillo. Mientras he estado sirviendo pasteles, la mora no paraba de intentar ser maja. La verdad es que dudo que algún día lo consiga, lo siento pero empezó desde el primerísimo día con muy mal pie, pero la pobre lo intentaba. Me congratula una auténtica barbaridad saber que no le gustó mucho la tarta de café, pero sí la summer ygoybuvcfjghv (para mí, pastel de fresa), mientras yo hoy sólo he tomado un zumo de naranja desde las 7 de la mañana, porque los cocineros debían estar en misa (por eso de que es domingo) a la hora en la que todos los camareros teníamos el descanso. Pero bueno, lo de no comer tampoco es un problema, ya no, una acaba acostumbrándose. Además, en apenas 10 minutos es la hora de la cena, por llamarlo de alguna manera, ya que comes menos que el perro de un ciego. Y ciegas del todo, porque la comida... será por la ceguera, pero no la ves. De hecho, una amiga me recomendó tomar unas pastillas de herbolario que ayudan a adelgazar, pero mi dilema es cuándo tomarlas, ya que hay que tomar una antes de cada comida principal y la única comida que podría considerarse principal en mis días en Inglaterra son las galletas que como antes de meterme en la cama. Pero no preocuparse, que todo tiene una explicación!! Se llama operación bikini. Gracias, George.

Vocabulario

22.05.2010

Avances con el idioma en el décimo día:

- I am on drinks: Me encargo de las bebidas
- I am on drinks on Monday, Tuesday, Wednesday, etc: sí, otra vez me encargo yo de las bebidas!!!
- I sent you some drinks: ya estás tardando en traerme las bebidas del bar!
- Peitio: el patio de toda la vida de dios
- Delicious: potera
- Fish and chips: Pescanova
- Cibatta: pan de Chapata = pan Bimbo
- Wine: Don Simón
- Pot of Coffee: poto en el coffee
- Set up the table: tarea de 11.30 a 12.00
- Clear the table: uno de mis múltiples trabajos
- A refresher spray for my feet, please: no puedo con mi vida
- 15 minutes: único descanso en 6 horas. Tú eliges, o vas al baño o te fumas un cigarro
- Please, thank you, you're welcome, excuse me: basta de formalismos!!!!!!!!!!!!!!!!!
- Can you...?: yes, I can
- Rota: tengo el horario que les rota la gana
- Do you like this job?: déjame en paz

Clarks

21.05.2010

Desde hoy presiento que Clarks me va a hacer la vida más fácil en este país. Al menos en el trabajo. Hoy, después de trabajar otras 10 horas, he llegado a la room D cansada, pero todavía podía andar. Incredible, isn't it??!!!! Todo se ha hecho más llevadero gracias a Clarks, por lo que no he podido evitar pensar durante todo el día en por qué no le descubrí antes. Y es que Clarks no es un morenazo inglés, ni un compañero de trabajo, tampoco un vecino, ni un amor a primera vista. Clarks es una marca de zapatos. De mis nuevos zapatos de hoy, los que ayer tarde compré de forma apresurada cuando salí del trabajo. No, no soy exagerada, Clarks me ha salvado la vida, no imagináis cuanto... Volviendo a la vida en el Patio (Peitio en boca de estos carentes de acento español), hoy por primera vez desde que estoy aquí he comido pescado, wooowwww!! Amazing! He comido un cuarto de sandwich (sí, uno de esos ridículos triangulitos de pan de molde que comíamos de pequeños en las fiestas de cumpleaños) de salmón con... bueno, que llevaba salmón. Me ha sabido a gloria. A gloria bendita. Steve ha venido esta tarde a... diría que a visitarnos a la habitación, pero realmente ha venido a terminar de agotarnos el día. Dice que la cena ha sido really nice, con un énfasis en el nice no apto para adultos. Valorad vosotros mismos el contenido de la cena: puré de patatas, puré de patatas con guisantes, chips (por si llevábamos tiempo sin probar los tubérculos), y zanahorias. Con esta calidad gastronómica no sé qué demonios hago desfalleciendo por el Patio durante las horas del afternoon tea, mientras los customers se alimentan de bloody Mary. Bloody hubiese estado yo hoy si no hubiese sido por Clarks. No desesperar, que mañana hay de cena fish...... sí, and chips!!!

Carrot cake

18.05.2010

Son casi las 6 de la tarde y sigue luciendo el sol. Hoy ha sido nuestro segundo día libre consecutivo, qué lujazo! Ayer, aunque un poco justas de tiempo, decidimos ir a Peterborough, el pueblo más cercano, por visitar otro sitio, por coger un tren, por hacer algo distinto. En definitiva, por tener la sensación de estar aprovechando la tarde de nuestro lunes off. A punto estuvimos de comprar un maletín para llevar hoy nuestro laptop a la biblioteca, aunque menos mal que antes de pagar nos dimos cuenta que se trataba de una bolsa nevera. Gajes del oficio! En el tren de las 18.52, de vuelta a Stamford, el hombre que se sentaba enfrente de mí iba maquinando algo en su mini Toshiba a la vez que sacaba pausadamente de una bolsa de plástico hojas de lechuga y rodajas de pepino. A palo seco, sí. Era su cena. Nada que ver con nuestra comida en el Ask: garlic bread with cheese, gnochi, risotto with frutti di mare y un buen postre como derroche de nuestra primera comida en condiciones fuera de las paredes del George. Nada más apropiado para unos minutos antes de proceder a nuestro reconocimiento médico. Total, sólo les preocupaba si éramos alcohólicas (como todo buen inglés) o epilépticas. Hoy una de las cosas más interesantes que nos ha pasado ha sido que hemos encontrado medias baratas!!! Hay que ver con qué poco se conforma una... El otro día con un muslo de pollo, hoy con dos pares de medias. Había que celebrarlo, por lo que nos hemos permitido tomarnos un capuccino (que en España sería un repugnante café de máquina de 30 céntimos) y un delicioso pastel. ¡Era la hora del te! Había que probar la carrot cake, que no ha decepcionado del todo. Todos los días viendo cómo otros se ponen las botas con los pasteles en la tea room y hoy afortunadamente hemos sido nosotras las comensales. Nada mejor que concluir la tarde con un paseo por los meadows, después de haber agotado casi de forma definitiva las posibilidades de que nuestra manager nos baje el número de horas al día as a waitress. De todas formas, yo me he comprado una mochila, que espero que se me quede pequeña a la hora de meter en ella todas las cosas buenas que me voy a llevar de este, por ahora, peculiar lugar. Hoy me quedo con la imagen de una niña que hacía volteretas por los meadows mientras su padre le miraba sonriente. Imposible era no sonreír también nosotras. Sí, hoy ha sido un buen día. Piso, luego existo.

A duras penas

16.05.2010

En poco más de una hora empiezo a trabajar. Hoy tengo el mismo horario que ayer, de 3 a cierre, que puede ser relativo, dependiendo de cuándo levanten su culo de las sillas los últimos clientes del día en el Garden Lounge. Ayer por primera vez serví en el Patio, una palabra para nosotros tan fácil de pronunciar, pero tan ridícula escuchada con acento inglés... Nadie diría que es un término español. Hoy ha vuelto a salir el sol, y aunque suene extraño, preferiría que no lo hiciese porque así habría menos gente en el Patio y me ahorraría recordar mi dolor de pies cada vez que piso por una de esas piedras de canto rodado que hay en esta terraza. Ayer, por primera vez, comí comida. Comida de la de verdad. Pollo, ya ves tú. A diferencia de a Andreíta, a mí no tuvieron que insistirme demasiado para comerlo en el país de los sándwiches. Anoche Edd y el gemelo de Jacob, que creo que se llama Ben pero no estoy segura, no paraban de vacilarme de forma graciosa porque les conté las supuestas propiedades de la pulsera power balance, ésa que me da tanto equilibrio corporal como para romper decenas de copas al día mientras intento ejercer de camarera. Me cayeron especialmente bien ayer, aunque tienen pinta de ser unos traviesos auténticos. Quizás por eso me cayeron bien! Sigo sin entender por qué todo el mundo, y cuando digo todo el mundo es todo el mundo, insiste en preguntarme si me gusta este trabajo. Hasta ahora sonreía cuando me lo preguntaban, y se debía intuir tanto un no como respuesta que la irlandesa del bar de downstairs me dijo ayer: "vamos, no me mientas". El inglés-italiano, que sigo pensando que es del país de la pizza aunque él afirme que nació en Gran Bretaña, ayer estaba triste, tan triste que terminó llorando mientras la irlandesa y yo fumábamos en el desastroso rincón de los fumadores. Entendí su llanto al instante, sin necesidad de saber el por qué de sus lágrimas. Estaba harto, triste, decaido, sin ganas... en definitiva, no podía más y creía que no aguantaría mucho tiempo. Yo pienso eso mismo cada día cuando salgo medio descalza por la puerta de atrás del George. Anoche, cuando terminamos de servir las cenas y de preparar los desayunos para hoy, Francesco me dijo que los sábados al terminar la jornada siempre se quedaban un rato comiendo unas pizzas y tomando un vino en el Porter Lounge, escondido tras la cortina que hace de pared en el Stamford Room. Cualquier excusa era buena para permanecer más de cinco minutos sentada y poder descalzarme con descaro. Intentaron convencerme para ir a Centraal, una de las discotecas de Stamford, pero rechacé la invitación. No podía más. Irene me dio ayer la mejor de las noticias: mañana y pasado tenemos libre! Mis pies todavía ni se lo creen. Sólo espero que nuestra desagradable vecina, Laura, aunque archiconocida en el George como the bitch, y con eso lo digo todo, deje de subir cada noche a 6 hombres a su habitación para liarla parda. Ya tuvimos bastante con aguantar sus insufribles gritos la primera noche cuando una paloma se coló en su habitación. Digo yo que tendría la ventana abierta a esas horas por lo fresca que es... por lo fresca que es the bitch, no la habitación, que por las mañanas hace la función de sauna. Todavía no sé qué haremos mañana, si celebrar la victoria de la Liga para el Barça, que ojalá, comprarme unas chanclas para cerciorarme de que debajo de los tobillos tengo dos pies, o simplemente... relax.

Fall over

15.05.2010

Era demasiado peso. Había bebidas para demasiadas mesas. Pero aun así me dije: "tienes que ir poniéndote  metas más altas, si los otros pueden hacerlo, tú también..", así que me aventuré a cargar con aquella bandeja llena de bebidas de medio litro, con sus correspondientes vasos y pijadas varias. Ayer el recorrido desde el bar hasta el Garden Lounge era, cuanto menos, complejo, ya que habían cerrado las puertas del atajo y era necesario dar una vuelta que parecía el ruedo a la plaza de toros, eso sí, con miles de escaleras de por medio, teniendo que cruzar 3 salones distintos para llegar a cada una de las mesas. Lo cierto es que aquella pesada bandeja tuvo un recorrido algo más corto, ya que sólo avancé con ella unos pasos antes de volcarla al suelo por completo. Bueno, no por completo, ya que lo que no cayó en el suelo lo hizo sobre la falda de una pobre mujer que se estaría preguntando dónde va esta pobre chica. No, nadie dijo "no te preocupes, es tu tercer día", ni un "qué tal..". No. En Inglaterra eso no se lleva. Aquí se lleva lo de trabajar a destajo 10 horas, lo de terminar a las mil de la noche y tener todavía que dejar los desayunos preparados. Lo de que me siga un gato negro hasta casa después de una jornada insuperablemente amarga. Se lleva el dolor de pies.. que ha hecho que tenga que dedicar un buen rato de la mañana a comprar potingues ya no para aliviarme, sino para poder aguantar una noche más hasta casi la una de la madrugada sin parar. Hoy luce el sol, diría que hace hasta calor, y en la calle principal había un mercadillo con varios puestos. Las aceras parecían casi como el George, no cabía más gente. Se nota que es sábado. Y que la mayoría no trabaja. Yo sí.

Primeros pasos

13.05.2010

En Stamford son las 17.31 minutos. Hace cuatro días que aterricé en este lugar y hoy ha sido mi segunda jornada laboral. En día y medio trabajando como camarera puedo decir que me ha pasado de todo. Por el mero hecho de estar en otro país, todo parece misteriosamente extraño, poco común, nada habitual. Esto me hace sentir también a mí misma un tanto rara, dado que todo es nuevo. Nadie dijo que empezar sirviendo cafés y jarras de agua en una bandeja sobre un suelo al más puro estilo adoquinado fuera fácil. Tampoco lo es terminar tu jornada laboral de noche con un horrible dolor de pies y tener que llegar a casa por un camino de piedras de canto rodado. Después del físicamente corto, pero para mis pies interminable camino de vuelta a casa, nada mejor que dejarte caer en la cama. Y que se rompan las tablas de madera que hacen de somier. Estaba demasiado cansada para buscar soluciones a cómo reparar mi cama ayer a esas horas, así que decidí que ya la arreglaría el mismo hombre que debería haber pasado a cambiar las puertas del armario partidas en mil pedazos. Así que decidí abrir un cajón de la cómoda y sacar un pantalón corto para quitarme las incómodas medias, plagadas de agujeros fruto de un primer día más que agotador. Saqué el pantalón de la cómoda, sí, una cómoda a mi modo de ver muy original, al más puro estilo Mary Poppins, de ésas en las que abres un cajón y misteriosamente se abre el de abajo, y cuando cierras éste, vuelve a abrirse el de arriba, sin tú tocar nada, y así sucesivamente. Esta mañana volvía a amanecer una nueva jornada como camarera. De nuevo me he marchado de casa sin poder ver reflejadas en el espejo de la habitación las pintas que tengo con el uniforme, ya que este espejo es poco más grande que el que pueda llevar en el bolso para retocarme el maquillaje. Lo intenté también con el espejo del baño, pero olvidé que sólo es apto para quienes midan algo más de dos metros. Al llegar al trabajo a una de las primeras que me he encontrado ha sido a la apodada Salander, por su exacta similitud con el personaje de Millenium. Hoy vestía sin tirantes ni botas rojas, sin gorra negra, ya no iba con la cabeza mirando al suelo. Hoy Salander era una camarera más. Mi jornada empezaba a las 12, pero he llegado a las 11 para aprovechar los almuerzos gratis en el hotel. Después de comer he hecho tiempo fumando un pitillo en la zona de fumadores del George, que es lo más parecido posible a un vertedero de muebles, tanto que las sillas te invitan a sentarte en el suelo o a permanecer de pie. Respecto a la mañana... creo que ya me he aprendido los nombres de los postres, he servido bebidas extrañas, muy extrañas, he aprendido a hacer cafés, a concluir que las copas de vino necesitan una power balance y, sobre todo, a no perder la paciencia y a convivir con un permanente dolor de pies. Los mismos pies que me trajeron hasta aquí. Porque quería vivir una experiencia, porque esto está siendo posible a pesar de lo duro de los inicios. Porque nadie me dijo que iba a ser fácil, porque no lo está siendo. Porque vamos a aguantar como campeonas, nos lo hemos prometido.