,
26.09.2010
En Nottingham ya hace frío. En este apartamento, en un noveno piso, también. Hoy es todo gris, es todo muy de domingo, de día de descanso. Para mí, afortunadamente, lo es. Ayer no lo fue tanto. Si tuviera que describir con un adjetivo la jornada de ayer, diría tal vez, infernal, quizás caótica. Fatal. El viernes salimos con Ola y Karina , compañeras de clase, porque la última celebraba su cumpleaños, que realmente es hoy. No extendimos mucho las horas de bares y cervezas, pero lo suficiente como para ayer amanecer con pocas ganas de ir a trabajar. En uno de los intentos de preparar café para espabilar, mis ojos todavía a medio abrir, vieron que mi movil señalaba que había una llamada perdida. Noooo!! Era del Burger. Eso sólo puede significar una cosa. Sólo una. Malas noticias. Tan malas que no hubo tiempo ni para el café, nos pedían que moviéramos nuestro culo de casa y fuéramos a trabajar ya!! Sí, estos ingleses... Llegamos a las 11.15, cuando en realidad no entrábamos hasta las 12. Anyway, una pena no haber tomado el café de la mañana porque hasta las 18.30 no nos dieron el descanso, y eso que terminaba nuestro turno a las 19h. Terminaba, pero no terminó, porque dieron las 20.30h y seguíamos allí. La caja, ¿para qué iba a cuadrar? Pon dinero de tu bolsillo porque falta pasta, no ha sido suficiente haber hecho 1.200 libras de caja tú solita. Y no creáis que la mañana fue así, sin más. No, no. Estas cosas nunca vienen solas. Arquitectónicamente hablando, el lavabo del piso de arriba de señoras, qué digo señoras, de cerdazas!!, se ubica encima de gran parte de la cocina, freidoras y, cómo no, del mostrador. A alguna clienta toca cojones se le debió ocurrir la fantástica idea de dejar los grifos del lavabo abiertos para que se inundara todo de agua, por si echaran de menos aquí la lluvia. Y sí, casi nos inundamos. Yo aprendí a patinar sin patines. Me comí 3, una freidora, un carro de patatas y una nevera. 3 en uno, de rebote y sin parar. ¿A que no hay huevos a superarlo? Un resbalón eterno. Pero eterno de verdad. Tanto fue así que hasta pensé: coño, Bea, cáete ya! Todo por llenarle la freidora a la zorrona de Le (le de lerda, intuyo), porque tiene menos luces que un torero. No tuve que ir al hospital por herida de bala ni nada de eso, sólo me quedó un corte sangriento en el dedo, que debería haber sido un buen corte de mangas a la otra zorrona de Ola, la hermana de Ewa. Unas trepas. Todas unas trepas. Y encima, en el último pedido del puñetero sábado, un borracho me grita hasta desesperarse porque no le cabía en la cabeza que en el Burger King, señores, no hay Big Mac. Una mirada de Tonaya fue suficiente para obligarme a pillar que estaba perdiendo la paciencia con el cliente y no debería. Hice gesto de: me rindo, y vino Yvonne al rescate. Tanto se desesperó intentando vender una whopper con queso en lugar del inexistente Big Mac, que terminó haciendo lo mismo que yo, mandando a la mierda al cliente. Well done!
28 de septiembre de 2010, 10:13
Todavía me estoy riendo por la caída!! Y eso que no te vi!! La paciencia ya la perdemos verdad? no sé cuánto nos quedará por este caos!! jeje Pero resistiremos!!
Ánimo guapita!! mua
28 de septiembre de 2010, 10:15
Por cierto...
1000 visitas!!!
28 de septiembre de 2010, 21:52
Joder qué fuerte lo de la caja no? pOnes tú el dinero? Pero en general tia lo tuyo es de monólogo.... casi caída.... y lo del BIG MAC no puedo parar de reir!!!!!
Ya en serio, confío en que la semicaída resbalón no haya sido nada....
Un beos fuerte!